SIMPLEMENTE NO TE QUIERE



Ayer vi este tráiler de esta película (simplemente no te quiere o a él no le gustas tanto) y me llamó la atención, porque es cierto que a veces podemos no ser capaces de asumir la realidad y la disfrazamos con racionalizaciones. No podemos asumir que no le gustamos a alguien, o que no nos quiere, y buscamos razones complejas para que nuestra autoestima no se resienta en exceso.
Pero este simple tráiler me dio que pensar más...
A veces puede ser cierto que la conducta de una persona lo es todo menos simple. No todo el mundo tiene la coherencia de pensar lo que se siente de verdad y mucho menos, actuar según lo que se piensa y siente. Tenemos mecanismos de autoengaño respecto a los sentimientos, y podemos buscar defectos para alejarnos de las personas que peligrosamente se acercan a nuestro ser más íntimo. Hay quién teme amar, o no es capaz de desobedecer mandatos a pesar de los deseos más profundos. O también, podemos haber asociado amor y sufrimiento, o amor con la violencia, y hay quién maltrata al que  quiere porque realmente hay tanto miedo al abandono que la ira se utiliza para asegurarse de que siempre estarán cerca. Se busca en el ataque de ira la respuesta de miedo y sumisión.
 La conducta humana es todo menos simple... Nos podemos disociar de los sentimientos y tenemos la capacidad de racionalizar los autoengaños, tanto el que ama y no quiere amar porque le tiene miedo, como la persona que no es capaz de asumir que simplemente, no se te quiere.

Pero hay otra cosa que también me parece importante. Son muchas las mujeres que se quedan enganchadas en la comprensión profunda de los comportamientos y aceptan ser maltratadas (digo maltrato en un sentido amplio, en el que una persona trata sin cuidado, sin tener en cuenta al otro y que utilizan al otro marcando las reglas sobre la distancia o la cercanía según convenga). También muchas mujeres maltratadas (aquí en su sentido más violento) han entendido el pasado traumático de sus maltratadores, y esa compasión les hace seguir con ellos.

Muchas veces cuando me plantean situaciones de relaciones complejas no me centro en el amor. Es posible que haya miedo a la intimidad o al compromiso en una de las personas de la pareja, e incluso no pongo en duda el amor en algunas parejas donde hay violencia. Pero ¿es esa una forma sana de amar? ¿es el tipo de amor que suma y multiplica y  no que resta o divide? ¿Piensa la otra persona en construir la relación? ¿Soy tratada con respeto y consideración? ¿Es el otro una persona coherente, integrando sus sentimientos con su acción?
Ya lo dice el refrán popular: obras son amores, y no buenas razones. ¿Por qué entonces tantas mujeres consienten ser sólo medio queridas?
Creo que es importante hacernos conscientes del mandato de esta sociedad sobre el amor romántico y el príncipe azul. Podemos estar aceptando besar una rana a la espera de que se convierta en príncipe, cuando la realidad es que una persona puede necesitar muchísimo más que el amor para transformarse. No siempre el amor basta...
Desde mi punto de vista, también necesitamos basar nuestra autoestima en nuestra dignidad intrínseca, y no en que seamos las personas que consigan transformar a las ranas en príncipes. Una mujer no sólo se desarrolla en una relación. El compromiso siempre debería ser desarrollarnos por nosotras mismas.


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