CONCIENCIA E INTERACCIÓN


Leí en un texto que somos conciencia e interacción.

Cuando empezamos a ser conscientes de que ciertos rasgos ya no nos identifican como años atrás, realmente nos empezamos a preguntar qué es lo que somos. No somos siempre jóvenes, ni somos siempre tímidos, ni somos siempre personas alegres, ni siempre melancólicas.
Hay elementos emocionales de nuestra forma de ser que sabemos que son estados y que, por tanto, están sujetos a variación y cambio. Pero tampoco hay muchas cosas de nuestros rasgos de personalidad que nos identifican, tal cómo los sentimos en la adolescencia, que se mantengan en la edad adulta.
Sí que es cierto que tenemos patrones y modelos internos que se forman en la primera infancia, almacenados en una memoria procedimental, no semántica ni episódica, y por eso son difíciles de cambiar (lo hablábamos en otras entradas), pero si han sido aprendidas, se pueden desaprender, así que tampoco son definitorias de nuestra personalidad y menos de nuestra identidad, si pueden ser cambiadas

¿Qué nos identifica?

Somos conciencia. Nuestra experiencia de vida es siempre atestiguada por algo o alguien que lo experimenta. Podemos ser conscientes de nuestros estados emocionales, de nuestras sensaciones corporales, de nuestros pensamientos, sentimientos e ideaciones.

Somos siempre "yo con otro", pues es en la mirada del otro donde yo me veo.
Y nuestras sensaciones, estados mentales y emocionales se dan siempre en interacción con el entorno.
 No puede existir ningún ser humano en el vacío.

Así que somos conciencia e interacciones. Cualquier cambio en el medio interno supone un cambio en el entorno, y cualquier cambio en el entorno repercute en nuestros estados internos.
Si realmente fuéramos tan flexibles para eliminar nuestros condicionamientos cuando ya no nos sirven, nos identificaríamos con la conciencia de experimentación que es nuestra vida.

Es verdad que no todo el mundo es tan flexible, y que a veces el entorno cambia y nosotros no cambiamos con él. Ahí aparece la disfuncionalidad en nuestros estados de ánimo y en la personalidad. Pero a veces el entorno es difícil de cambiar, y se vuelve también difícil vivir en el aquí y ahora, cuando nos domina la preocupación, por ejemplo,  porque el desahucio es inminente. Es cruel decirle a alquien que tiene que ocuparse en sobrevivir que sienta el poder del ahora, porque el ahora es tan horrible, que si no se proyecta en un futuro diferente puede desear morir. No nos olvidemos de que hay gente que ahora sufre, y que es humano querer dejar de sufrir.

Pero en cualquier caso, si eliminamos todo lo mutable, nuestra identidad será siempre conciencia e interacción
Somos conciencia e interacción. Nosotros estamos en el mundo, y el mundo está en nosotros

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