LA VOLUNTAD DE PODER COMO COMPENSACIÓN AFECTIVA

Fue Adler, un discípulo de Freud,  el que profundizó en el fenómeno de la compensación psicológica. Alguien que tiene un complejo o una carencia, intenta compensar la frustración con otras actividades, facetas de su personalidad o intereses. Por ejemplo, alguien tiene un complejo de inferioridad, e intenta compensarlo con todo aquello que le haga sentir superior a los demás.
Fue Adler quien insistió, influido por las ideas de Nietzsche, en que es la voluntad de poder un potente  motivador de la conducta humana. La voluntad de poder se entendería como el impulso a expandirse, ambicionar, no dejarse dominar. Va más allá del impulso de vivir, puesto que una persona que se somete, se guía por la necesidad de sobrevivir, pero no es un aspecto de la voluntad de poder, que es la que le daría a un hombre el impulso de lucha y afán de superación. Adler consideraba que el impulso sexual no era el único ni el principal motivador del comportamiento humano, sino que sólo era un aspecto del motivador mucho más importante que es la voluntad de poder.

Una mirada sobre el comportamiento humano menos patriarcal, teniendo en cuenta la necesidad primaria del apego, tal como se refleja en los estudios de los vínculos primarios, pone el énfasis en las relaciones afectivas. Es la necesidad primaria de tener un vínculo de apego que nos dote de la sensación de ser queridos y de tener seguridad afectiva, la que se debe compensar cuando esto no sucede.

Mis observaciones con chicos que forman parte de pandillas juveniles, que dan muchísima importancia a "tener poder", a sentirse dominantes y no dominados, muy sensibles a las "humillaciones", y con el orgullo a flor de piel, es que todo este comportamiento se debe a una carencia afectiva y a una falta de seguridad emocional. La voluntad de poder es la compensación, no la motivación primaria. Por otro lado, las chicas pueden abiertamente, con permiso del estereotipo social de género, desear una relación que las haga sentir importantes. Elegir al macho dominante les hace sentir con poder de seducción, y les sube la autoestima. Es otra forma de voluntad de poder, que les compensa de su vacío afectivo.

Aspirar a expandirse, desarrollarse y a superarse es siempre un motivador importante para seguir adelante y ser creativo frente a las dificultades. No obstante, un psicópata presenta mucha voluntad de poder. Desde un punto de vista en que esa es la motivación primaria, sería una psique con mucha fuerza...¿pero sana?.

Es necesario que cale hondo en todos nosotros la idea de que para que se geste y se desarrolle una mente sana, el otro tiene que estar presente en nuestro psiquismo. Las relaciones están en la base de nuestro ser. Nuestra esencia son las interacciones, con lo cual, todo aquel que esté motivado por un impulso en el que la consideración por el otro no está presente, presenta una falla, una carencia. El impulso sexual sin tener presente al otro es depredación, violación. La voluntad de poder sin tener en cuenta al otro es afán de dominación, depredación, incluso psicopatía dependiendo del grado.

Es la necesidad afectiva y de seguridad emocional la que es la necesidad primaria. Lo demás son motivaciones complementarias que se pueden convertir en compensaciones cuando lo otro falla...

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