LOS "ENFERMOS MENTALES" DE GREGORIA GUTIÉRREZ OLIVA

Paisaje de la Locura de Gregoria Gutiérrez Oliva (Colección particular de Pablo Gayo Mezo
Hoy la entrada la ha escrito Gregoria Gutiérrez Oliva

El siguiente texto es un comentario a una entrada publicada en FB, en el muro de una amiga, Elena Bossi, al último manifiesto de la asociación de psicólogos de Argentina. Pensé perfilarlo, ampliando algún aspecto o precisando otros, pero trás pensarlo mejor prefiero dejarlo tal y como me salió en aquella noche de insomnio, para no desvirtuar el espíiritu que me lo dictó. Agradezco el interés de Aina Cortiñas Payeras por estos propósitos sobre una temática compleja como la de los "locos" y también agradezco a todo aquel que lo lea por su la atención depositada en esta reflexión.

Los "enfermos mentales" no tienen voz propia, si se han fijado ninguna asociación llevada por ellos, ningún medio de difusión regido por ellos. Hablan en su nombre psicólogos, psiquiatras, familiares (que pocas veces entienden y se sienten atemorizados, angustiados y desprotegidos), jurístas, o autoridades, pero se han cuidado mucho de atomizar y disgregar a los locos, un colectivo que organizado sería de lo más subversivo y peligroso (más aún que el anarquismo). Se le estigmatiza, se da de él una imagen distorsionada, se le discrimina y se le recluye en instituciones que son peores que cárceles, dónde se le mantiene mansito a sabe de drogas degrantes (producen babeo o arrastre de pies) y si se pone alguno rebelde se le ata sin miramiento de pies y manos a la cama con correas y se le aísla hasta que se dé por rendido, con la dignidad aniquilada. Su trauma a veces es mayor por su experiencia vivencial en estas instituciones que por el propio sufrimiento que le acarrea su enfermedad. La mejor cura para ellos, sería la comprensión y el cariño, pero eso no se suministra en pastillas y los corazones de hoy están atemorizados, esclavizados al egoísmo, a la protección de su frágil seguridad psíquica, cuando el "loco" lo que hace es aportar su "mundo particular", una visión más y legítima, una interpretación, quizás demasiado personal. Se rinde culto al surrealismo, a veces más desestablizante que la misma ·locura, pero cuando lo surreal se hace vivo, tiene carne y hueso y movimiento y alma, entonces espanta.... Es un tema que me toca de cerca, ahora aquí son las 5h38 de la mañana y en el silencio de la noche he querido aportar mi tenue voz a esta temática. Sólo he aludido a una pequeña parte de lo que supone para los llamados "enfermos mentales" su "acogida" entre "nosotros", pero queda por decir, tanto... existe en ellos una voz tan amordazada desde siempre, y que cuando sale a la luz minimamente tiene que ser por boca de algún poeta de cualquier arte llamado "maldito" y catalogado como tal y por lo tanto "desactivado" como interrogador del órden establecido, catalogado como ·maldito (reparen en el término) en nuestra cultura, olvidando que esa faceta solo es una parte de su personalidad. La visión que plasman resulta atractiva o fascinante pero sólo desde la páginas neutras de un libro, o la pantalla de un cine o televisor. En directo, en vivo, les aseguro que no gozan del mismo interés. Sólo son un espejo de los miedos de los considerados "cuerdos" un reflejos perturbador y asimilable únicamente si se le separa de la dialéctica con el emisor, únicamente si se les mira como a mariposa clavada con alfileres en alguna colección de los humanos, hecha gueto, "campo de concentración aséptico". Pero que no les interpele el "loco". Homenaje merecen los psicólogos con vocación de aliviar el sufrimiento a veces atroz (y que en más de una ocasión desemboca en el suicidio). Pero el "cuerpo profesional", está encuadrado en una sociedad en la que debe "regir el orden", y qué mejor manera de conseguirlo que adaptar al loco a su medio, "integrarlo", cuando parte del origen de su "locura" es que se resiste, no acepta, critica y le duele ese medio que le rodea. Por qué pretenden adaptarlo a su fuente de dolor, por qué no tomar en consideración su voz y que el medio encaje con mayor naturalidad su ser, le dé su espacio, su comprensión, igual que se la dan a los enfermos de cáncer, o de cualquier otra patología donde no intervenga lo "mental". Estudie neurociencias cognitivas, nuestro cerebro es una maravilla, no hay dos iguales, por qué ver la diferencia de manifestarse de algunos como patología? Habría que replantearse las bases de la comunicación, y eso es un tema al alcance de pocos, porque no se enseña el lenguaje del amor en ninguna escuela. Patología es el infierno y el sufrimiento que los demás infringen por su incomprensión y su desinformación. Los psicólogos tienen el merito de acercarse a ellos con voluntad de ayuda, pero están solos en esa misión, necesitan la colaboración de toda la sociedad, porque sin esa colaboración, su ·labor humanitaria" siempre estará errada y será insuficiente. Ellos saben de lo frustrante de su profesión. El DSM sólo es un instrumento que sirve a psiquiatras, psicólogos e investigadores a dar nombre a lo inombrable (cierto que se trata de un instrumento hipertrofiado por intereses ajenos al alivio del padecimiento) para poder comunicarse en una lengua que necesita de otra semántica, ese lenguaje puramente utilitario e instrumental se ha filtrado como arma de dictadura en los encasillamientos, que esos sí han llegado a la sociedad (fulano es obsesivo compulsivo, mingano es esquizofrénico, este otro tiene déficit de atención con hiperactividad, etc....) al ser humano que esta detrás se le cosifica en esas categorías, olvidando sus dimensiones semejantes a las de cualquiera y que ya bajo el peso de la etiqueta se les niega, primando su "locura". Me he alargado más de los que suelo hacer, pero cómo quiero a los locos por haberlos tratado he querido en este pequeño espacio que me ha brindado Elena, elevar y hacer oir, aunque sea a vuestro pocos oidos, lo que siento y pienso al respecto. Gracias otra vez.

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