AMOR Y FURIA

La beatitud del amor y la energía de la furia muestran el abanico de lo humano.
Fuerzas antagónicas para un ojo simple, elementos que reaccionan organizándose en moléculas complejas en la justa indignación.
La furia se convierte en alimento imprescindible para limitar la destructividad y el egoísmo ajeno. Lamentablemente, los humanos dañan a otros humanos, compiten, rivalizan y codician recursos y territorios, alienando al otro, cosificando al extraño, sometiendo a los que envidian con múltiples justificaciones y razones. Afortunadamente, los humanos aman y reclaman justicia, se humanizan y devienen sujetos aún a pesar de los que les intentaron cosificar
El sentido de justicia necesita de la furia que le alimente y le mueva, como las turbinas necesitan de la fuerza del agua para poder mover los molinos y alumbrar

El amor sin furia sería aplastado por la furia sin amor. Uno y otra se necesitan para la alquimia de impulsos que conforma y dignifica al humano

Ana Cortiñas


 Fotografía: "Fury" by Oscar Martinez Diego

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