CRISIS Y CAMBIO ¿PELIGRO O OPORTUNIDAD?



En el viaje a Itaca se debieron afrontar muchos peligros. Cíclopes y Poseidón aparecieron en el camino de Ulises, mientras Penélope seguía esperando, haciendo frente a los peligros interiores de la soledad.

Casi lo peor de cualquier crisis, sea una catástrofe económica o natural, es que implican crisis emocionales, cambios y pérdidas, algunas de ellas irrecuperables, que nos obligan a enfrentarnos a demonios interiores y Cíclopes externos como el sistema económico actual.



Si pudiéramos pasar por las circunstancias cambiantes de la vida, sin resistencia ni sufrimiento, tener menos dinero, menos trabajo, perder bienes materiales, sería como mudar las células del cuerpo: cada siete años somos celularmente diferentes y, sin embargo, una inteligencia interior dirige el proceso sin apenas darnos cuenta.

Sin embargo, el psiquismo humano se caracteriza por darnos un sentido de identidad que llamamos "yo" que se resiste cada vez que nos enfrentamos a cambios profundos que implican pérdidas de situación, imagen e identidad. Perder el trabajo o el estatus económico y/o social es muy duro, ya que nuestra forma de vida está sustentada en la productividad económica. Si, además, perdemos la vivienda ahogados por una hipoteca a la que no podemos hacer frente, socava la sensación de seguridad y nos llena de ansiedad por no tener el refugio y el sustento necesario.



En medio de esta angustia, no podemos tener la perspectiva necesaria para darnos cuenta de que sufrimos por estructuras sociales que perfectamente hubieron podido ser de otra manera. A fin de cuentas, ¿qué puede ser peor que perder los pilares que nos sustentan y nos dan refugio? Creo que lo único peor es perder a alguien muy, muy querido de una forma traumática.
Además, perder la forma habitual de vida nos enfrenta también a un cambio de identidad: ya no somos personas productivas, útiles, hemos perdido la capacidad de vivir en sociedad y de sacar adelante nuestras vidas y nuestras familias (o nuestras vidas y familias futuras si este cambio económico y social nos pilla jóvenes. En este caso...¿tendremos futuro?)





Pero ¿es esto verdad?

Las personas que ya han pasado por situaciones difíciles pueden contestar a esta pregunta. Todos los que ya han pasado por adversidades, pérdidas y cambios saben que es una oportunidad para tomar la perspectiva existencial, vital, donde la vida va más allá de unas circunstancias o afectos concretos. Muchas de estas pérdidas y cambios permiten conectar con lo inmutable: la conexión con el ser más profundo que es la conciencia experimentando la Vida, con la fuerza y la creatividad que la caracteriza.


Podemos mirar fotos de nuestra infancia y de las sucesivas edades y comprobar que lo único constante es el cambio.





¿Qué podemos aprender de esta crisis?

-Valorar lo que es realmente esencial en esta vida.
Cada uno debe contestarse a sí mismo. Imponer valores a otras personas sería una forma de dictadura. Pero puedo decir lo que compruebo en mí misma y en las personas con las que trabajo, y para mí lo esencial es identificarse profundamente con LA EXPERIENCIA VITAL y no con los atributos o adjetivos que nos ponemos. Yo no soy una parada, un fracasado o alguien en crisis. Soy un ser humano, con diferentes atributos y capacidades que atraviesa por diferentes circunstancias, algunas más fáciles de atravesar que otras.
Otra cosa muy importante es CONECTAR CON LA FUERZA VITAL Y LA CREATIVIDAD. Esto permite que podamos buscar formas alternativas de vida.
Por ejemplo, podríamos pensar en vivir en redes más solidarias y que no necesiten tanto dinero para desarrollarse. Podemos ofrecer servicios a cambio de otros servicios. Yo puedo utilizar mi saber psicológico a alguien que lo necesita y no tiene dinero y otro me puede hacer el servicio que necesito sin tener que pagar. Experiencias como la del Banco del Tiempo o las asociaciones de Trueque son ejemplos de modos alternativos de sociedad.

Pero también puede ser un momento para orientar y revisar nuestras formas de vida y subsistencia y reinventar nuestras profesiones. En cualquier caso, es importante relacionarnos de tal modo que la inactividad económica y laboral no nos haga estar realmente "parados".

Nuestra actividad económica ahora es INVERTIR EN CREAR nuevos modos de vida. Tener información sobre las tendencias futuras, nos permitirá reciclarnos, incluso formarnos de nuevo en campos que antes no contemplábamos. Formar parte de redes sociales e internet, nos puede dar conocimiento de otras realidades, circunstancias y maneras de vivir diferentes.

- Otro elemento que he descubierto en las situaciones de crisis y adversidad es que lo realmente necesario para sobrevivir son las relaciones afectivas y de solidaridad.
En las crisis y en las pérdidas descubrimos la fortaleza que nos dan las relaciones afectivas, el amor y la solidaridad. Parece cursi insistir siempre en el amor, pero cuando se ha estudiado científicamente qué factores permiten la resiliencia (la capacidad de superar las adversidades transformándose) son los vínculos afectivos y solidarios.

Todos tenemos una Odisea de existencia...podemos llorar cada vez que los Cíclopes y los dragones aparezcan en nuestro camino; o, como dijo el poeta Kavafis, rogar que muestro camino sea largo y pleno de aventuras...

Ana Cortiñas





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