DESARROLLO ERÓTICO
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Pintura de Bouguereau |
Sin embargo, para mí la genitalidad solo marca el punto de partida biológico que nos impulsa a la reproducción cuando las hormonas se despiertan en la pubertad. Creo que todos estaremos de acuerdo en que la sexualidad humana es mucho más amplia que un impulso a reproducirnos. Hay en la sexualidad un factor emocional, íntimo, afectivo y hasta narcisístico, ya que las uniones sexuales influyen en la valoración que hacemos a nosotros mismos. Y en cuanto a eso ¿todos los humanos se comportan igual respecto a la sexualidad y a sus relaciones íntimas? Evidentemente, no
Hay personas cuya sexualidad se limita al coito, algunas hetero y otras homosexuales. Hay personas que siguen conservando muy activas y presentes otras zonas erógenas y se prestan a muchos más juegos que el simple coito. Otras personas también pueden desarrollar otras formas de sexualidad, lo que antes se llamaba perversiones, y pueden practicar el bondage, los juegos de dominancia-sumisión en sus versiones homo, bi o heterosexual. Liberarse del coito heteropatriarcal, basándose en ese conocimiento sobre la sexualidad infantil freudiana, se ha considerado como un refinamiento contracultural.
Por otro lado, los estudios del apego nos han mostrado la gran relación entre los dos sistemas de comportamiento. Las relaciones de pareja son un tipo de relaciones en las que se dan las dos cosas: la relación de apego junto con lo sexual. Ambos grupos de conducta están tan relacionados que comparten las mismas conductas salvo la estimulación genital: los besos, abrazos, caricias, arrullamientos, miradas y la sintonía de la comunicación no verbal se dan en el afecto y en la relación sexual. La relación está incluso en los primates. Si las crías de chimpancés son separadas tempranamente de sus madres y no reciben sus cuidados, además de ser más agresivas, cuando llegan a la pubertad no saben aparearse y agreden en la cópula. La falta de contacto físico en la infancia, vuelve frío al adulto que no sabe comunicar afecto y atención en la adultez.
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Balthus |
No obstante, yo creo que el desarrollo de nuestra sexualidad está influido por más cosas, y que nuestra conducta sexual se verá influida por nuestro desarrollo psíquico. Podemos eliminar condicionamientos y cambiar nuestra actitud hacia la erotofilia: valoramos el aspecto erótico de la vida, y la sexualidad se vuelve algo importante y no necesariamente por el número de veces que practicamos el coito, sino por la capacidad de gozar del contacto humano y la vida. Al ser más fluidos, quizá no podamos encajar en un esquema rígido de homo u heterosexuales, sino que nos podemos sentir atraidos por LA PERSONA. Hay quién le ha dado en llamar a esto fluidez erotofílica.
Y creo que aún hay más: nuestra sexualidad es muy diferente si nos planteamos si nosotros o los demás somos objetos o sujetos de deseo. Las mujeres obsesionadas por ser atractivas según los cánones de belleza, se plantean a sí mismas como objetos, no como sujetos. Hay personas erotofílicas y contraculturales, pero que tienen en mente a sí mismas como sujeto y a los demás como objetos de deseo. Ni las relaciones objeto-sujeto, ni las relaciones sujeto-objeto van a ser equilibradas. No se nace a todas las posibles facetas de la sexualidad si no se relacionan dos sujetos. ¿De verdad que todos los supuestamente sanos sexualmente tienen relaciones sujeto-sujeto?
Y aún, aún hay más ¿se acaba el gozo en el orgasmo? ¿o existe además la posibilidad del éxtasis de la unión de dos seres? Hay quién, partiendo de la energía sexual, puede alcanzar la comunión...
¿Con qué nos conformamos?
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