DESEO


Me gustaría poder definir el deseo, pero resulta difícil.
En algunos contextos, deseo es lo mismo que apetencia; o puede ser lo mismo que anhelo. Pero para otros contextos, el deseo es el impulso vital, Eros.

En las sociedades con una ideología puritana, cuya religión o espiritualidad se basan en el ascetismo (y en esto Oriente y Occidente no son tan diferentes), el deseo es una fuente de pecado o de enganche al samsara que nos impide la realización espiritual, y cuyo seguimiento nos conduce al infierno. Desde este punto de vista, el ser humano está caracterizado por un impulso al placer que sólo puede ser regulado por la socialización, y eso siempre provoca malestar ya que muchos de nuestros deseos deben reprimirse o suprimirse para poder vivir en sociedad. Freud es el gran exponente de esta idea.
Surgirán quienes se rebelen a esta represión del deseo, y propugnen una fuga del sistema represor. Quienes se conduzcan por este deseo serán los que realmente sean revolucionarios y contestarios. Pero, en el fondo, siguen aceptando la premisa de que el deseo es ciego, anhela su satisfacción y la búsqueda del placer es algo contrario a la sociedad y a la regulación que vivir en sociedad requiere.

Pero a mí estos planteamientos me suenan incompletos...¿por qué si el ser humano es un ser social, ser social es un problema para nuestra satisfacción? ¿realmente sentirse vivo, erotizado es incompatible con la socialización?

El ser humano es siempre "yo con otro". Nuestra naturaleza psíquica es intersubjetiva, sin el otro no existiríamos psícólogicamente. Pero cómo se produzca nuestra identidad en relación al otro puede hacer que el deseo sea ciego o no; o se reprima de una forma que nos castre, que nos desvitalice. 
Si en mi mundo interno el otro no existe, vivimos en un mundo narcisista, el principio del placer nos lleva a un hedonismo promiscuo, donde el otro es un objeto para nuestro placer, y es nuestra satisfacción lo único que importa. 
Si en mi mundo interno el otro nos prohíbe, nos impide, reprime y castra, el deseo no surge, no puede ser sentido, nos desvitalizamos, volviéndonos sumisos, masoquistas, alienados.

Sólo cuando en mi mundo interno existen, no sólo mis deseos, sino también el deseo del otro, vivir erotizado es posible. El deseo es Eros; no un impulso al placer, sino el impulso al amor. Vivir el deseo es vivir en equilibrio con el ambiente del que vivo y sin el cuál no existo. Es la vivencia del "yo-tú" de Buber, la conexión con el otro, con la Vida.

Entonces el deseo deviene Eros, conexión, impulso vital creador






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