EL INICIO DEL MAL


La noticia de que un niño de 13 años en Catalunya había abusado de otros dos, dejando sin saber qué hacer a las autoridades judiciales de menores, porque hasta los 14 no se puede imputar un acto penal, me recordó una pregunta de Pat Crittenden, una psicóloga de Miami que trabaja con abusadores:

¿En qué momento una persona que comete abusos pasa de ser una víctima a una victimario?



La contestación que le dieron fue:

Desde que pasa de ser un expediente de Protección de menores a ser un expediente policial.





Efectivamente, alguien que se convierte en un depredador, en algún lugar ha tenido que desarrollarse, salvo que pensemos que "el mal" se apodera del alma de algunos de nosotros.
"El hombre es un lobo para el hombre" decía Hobbes, pero no siempre es así. Nosotros tenemos la capacidad empática de ponernos en el lugar del otro y ser altruistas.
¿Dependerá de que Dios nos elija? ¿O el diablo?
Intersomos. Nuestra identidad se forja en la repetición de estar con los demás en donde formamos una representación, una imagen de "ser con otro". ¿Qué experiencias debe haber tenido un niño que abusa de los otros?
En la historia de los psicópatas, incluído Hitler, hay historias de maltrato, abuso o experiencias de haber sido desconfirmado como persona con valor y merecedor de cariño. En la depredación, hay experiencias de haber sido depredado o que sólo en el acto agresivo se ha tenido en cuenta a la persona.
Estos comportamientos diferentes y agresivos tienen una evolución que proviene de la más tierna infancia. En preescolares ya se ven conductas que señalan que algo no está yendo bien. Algunos niños pegan a los otros reiteradamente. Y aparece la crueldad y el sadismo con animales, un síntoma de que las cosas internamente no funcionan bien. Posteriormente, en los años escolares, con la maduración biológica, los comportamientos se complican y cuando con la pubertad empiezan a funcionar las hormonas y las motivaciones sexuales, la depredación sexual puede aparecer.

¿Quién es responsable entonces de los abusos de un menor a otro menor?
Evidentemente, el menor y su familia
Pero también todos nosotros los profesionales de la salud y la educación, por no ver el sufrimiento que hay detrás de los comportamientos agresivos de los niños...

Los niños no son propiedad de los padres...son una responsabilidad de toda la sociedad.



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