RECORDAR, RE-SIGNIFICAR NUESTRO PASADO

La memoria no consiste en poner ante nosotros la misma película cada vez. Los estudios actuales sobre la memoria nos indican que cada vez que recordamos algo, las sinapsis neuronales se vuelven activas, como en el momento del aprendizaje. Eso significa que cuando rememoramos, estamos abiertos a ver las cosas de otra manera a la luz de lo que hemos aprendido después.
Eso que hacemos al recordar - aunque no siempre- otorga una función a las rumiaciones casi obsesivas que hacemos a veces cuando algo importante  nos ha pasado, porque visionar la película una y otra vez nos permite ver cosas que antes no habíamos visto, o dotar de significado a momentos en que antes no lo habíamos podido captar.
Estas rumiaciones son extremadamente dolorosas en caso de trauma, cuando no podemos elaborar los recuerdos. Recordar puede ser traumático y retraumático, porque se revive el dolor y la pérdida sin poder entender lo que pasó o, si no hay nada que entender, darle un sentido que nos ayude a seguir adelante. Contarle las cosas a otras personas, nos puede ayudar. El punto de vista de otra persona nos permite ver las cosas de otra manera, darnos cuenta de que no fuimos culpables, o entender el estado mental nuestro y de las otras personas que protagonizaron los eventos con nosotros.

Pero ese papel activo de la memoria no pasa sólo en caso de los sucesos traumáticos. Diariamente nos pasa que podemos recordar cosas y que se transforman en ese recuerdo. Algo que aprendemos ahora nos re-significa algo que nos sucedió ayer, anteayer, hace años...
Uno de los mecanismos que producen esta transformación es la ampliación de la conciencia que da la comprensión y conocimiento de uno mismo y de los demás. Entendernos a nosotros mismos nos ayuda a entender los comportamientos y las circunstancias de los demás. Re-significa entonces lo que nos pasó, nos hicimos o nos hicieron. Eso nos ayuda tanto a perdonarnos a nosotros mismos como a perdonar a los otros. Pero no sólo: también nos ayuda a poner los límites claros de lo que vamos a soportar de ahora en el futuro.

Aprender a vivir en el aquí y ahora no significa desmemoriarnos... si fuera así, la enfermedad de Alzheimer no causaría ningún sufrimiento.
Vivir aquí y ahora significa que el pasado está presente en el ahora y en el futuro, para que podamos vivir con más comprensión y sentido.

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