SOLEDAD CREATIVA
Las personas más arrepentidas de la tierra son aquellas que sintieron la llamada al trabajo creativo, que sintieron que su propio poder creativo se impacientaba y alzaba, y no le dieron poder ni tiempo
MARY OLIVER
Pintura de Kenne Gregoire |
Pero todos en algún otro momento también queremos estar solos. Casi todo lo que he leído sobre la soledad -salvo contadas excepciones- son artículos de divulgación, no científicos, que distinguen entre el aislamiento social o sentimiento de soledad, y la soledad elegida. Normalmente, suelen hacer referencia a la elección de la soledad en aquellas personas con un carácter introvertido o sensible, que necesitan de un ambiente bajo en estímulos porque ya tienen suficiente con su mundo interno. O también hablan sobre la necesidad de introspección para crecer y madurar y la necesaria soledad para poderlo hacer. A veces han hecho equivalente la búsqueda de soledad con la introversión o la alta sensibilidad, y con el crecimiento personal.
Pero cuando yo pienso en la soledad creativa, imagino a esa criatura que describió el psicoanalista inglés Winnicott que, siendo un niño que vive tranquilo, puede disfrutar y juega solo. No hay miedo, no hay inseguridad en esa criatura. Esa madre o padre, normalmente presentes y sensibles, han proveido al niño de un sentido del ser estable, que se convierte en la base para una creatividad espontánea. En su pequeña mente, nace la curiosidad y la necesidad de manipular el ambiente y experimentar. No se plantea "quiero estar solo", porque quizá su padre o su madre están al lado, sino que sigue un proceso interno que le lleva a jugar, fantasear y experimentar con lo fantaseado. Es una motivación interna que le lleva a hacer algo sin necesidad de que nadie le acompañe para hacerlo. En ese mundo interno hay otros en su interior que dan seguridad, tranquilidad y sentido integrado del ser. Puede despreocuparse de la
Pentimento, de Sally Storch |
La soledad creativa es la posibilidad de conectar con nuestra criatura interna que ha nacido con la motivación de aprender y explorar. Yo estoy sola escribiendo, con ese gusanillo en el estómago que relaciono con la ilusión de crear frases con mis ideas. Juego con mis ideas, y como una niña pequeña que luego enseña a su madre el castillo que ha hecho, yo luego enseño al otro lo que escribo. Estoy sola y nunca estoy sola.
¿Pero podemos siempre escuchar la voz de esta motivación de explorar y crear? ¿Le damos tiempo y poder?
Por desgracia, la voz de la creatividad no siempre se alza sobre el ruido ensordecedor del miedo al abandono. No se pudo generar un sentido estable de nuestro ser, y la presencia del otro es necesaria para sentirnos vivos y cohesionados, con valor. Estar solos, jugar solos, es lo mismo que estar abandonados y desamparados.
Por desgracia, a veces la voz se alza pero nuestras obligaciones la mandan callar. A veces la sociedad indica quien puede explorar y quien no. Siddharta fue a buscar la iluminación en un camino largo y solitario de introspección y meditación, mientras que su mujer Yasoddhara, recién parida, cuidaba a la criatura.
Para el que no puede escuchar la voz de la creatividad porque no puede estar solo, nunca podrá gozar de la libertad y el placer de ser.
Para el que no puede dar tiempo y poder a esa voz, la frustración y la insatisfacción serán los que persigan.
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